En la voladora hay un petate, en el que, al abrirlo la
doctora hay…
La doctora ha cogido el petate de la voladora y al mirar
dentro, ha descubierto unos extraños cristales, más con aspecto de sintéticos
que naturales, de unos 30 dm de longitud.
La doctora no comenta nada y los lleva a la nave para
examinarlos.
Mientras tanto, los compañeros deciden copiar la información
del disco duro del servidor, para su provecho.
Con la caja extraña, los cristales que el accidentado
tripulante de la Scout quería llevarse, con el ordenador de abordo y con la
caja negra en su poder, convencen a los pasajeros que el retraso es necesario y
deben volver a la estación del Servicio de Exploración, para hacer entrega de
lo encontrado… bueno, casi todo lo encontrado.
Una vez en el la estación orbital del Servicio de
Exploración, el capitán hace entrega de el servidor y la caja negra, por lo que
les entregan un fideicomiso de 500.000,- Cr., a ser efectivo en la estación
espacial del planeta principal de Meleto.
Evidentemente algunos de los pasajeros protestan enérgicamente
y exigen se les devuelva el dinero.
Bajan al espaciopuerto del planeta y allí, casi todos los
pasajeros, incluido la mayoría de los hibernados, exigen se les devuelva el
dinero y cambian de nave.
Mientras tanto, la Doctora ha estado haciendo
investigaciones y cada uno de los cristales tienen propiedades diferentes,
desde emitir hondas que bien pueden parecer unas señales tipo radio, hasta una
que genera suficiente energía como para dar electricidad a más o menos la mitad
de la nave, aunque no sabe durante cuanto tiempo.
Al final la doctora se atreve a comentarlo con los
compañeros de viaje. Evidentemente el piloto empieza con las elucubraciones de
querer vender las piedras y la caja de material orgánico, para sacar un buen
precio por todo.
Mientras tanto, el capitán ha contratado a un nuevo
tripulante, que hará las funciones de “arreglatodo” en la nave. Este nuevo
tripulante se une a nuestros amigos, con el fin de poder integrarse con el
resto de compañeros.
La discusión de si venden o no lo encontrado se prolonga un
tiempo entre bebidas de colores en el bareto de las tripulaciones del
espaciopuerto.
Al final llegan a la conclusión que si encuentran la
procedencia de donde sacaron los cristales los exploradores, podría haber más
cosas y sacar mas beneficios de ello (el argot utilizado realmente fue “sacar
más tajada”).
Al regreso la zona de atraque de la Run & Go, se
encuentran con la sorpresa que el capitán les está esperando con una muy amplia
sonrisa, junto con el ingeniero y su socio, ambos con las maletas hechas.
Los compañeros, sorprendidos, preguntan al capitán que está
pasando, y este le indica que la nave ha sido vendida a una corporación y ambos
se van jubilados a pasarlo bien lejos de los planetas por donde han hecho
negocios.
- Y por cierto, pasad por la sala de reuniones, que el nuevo
propietario os quiere conocer. ¡¡¡Adiós!!!
Una vez en la sala, se encuentran con tres personas en ella
hablando entre ellos, un hombre mayor y dos mujeres, una de mediana edad y otra
más joven, de edad indeterminada.
Una vez entran el hombre mayor se levanta y estrecha la mano
a todos y cada uno de los miembros de la tripulación, preguntándoles su nombre.
Se presenta como Julius Bell, También conocido como Sir Aby
Lamir, propietario de SAL, Inc, Corporación dedicada al transporte y megalómano
por naturaleza.
A la última que se saluda es a la doctora, a la que saluda
por su nombre de forma más cordial, por lo que está claro que ya se conocían de
antes.
Julius les informa que debido a la suerte de haber
encontrado unos cristales “extraviados” de tecnología Droyne, de alguna
estación avanzada abandonada hace muchos años, posiblemente décadas, que los
exploradores han debido encontrar, ha hecho que confíe en el buen hacer de los
personajes, por lo que ha comprado la nave, ha indemnizado al pasaje que
quedaba, y da un mes de vacaciones a la
tripulación, eso si, con una tarjeta especial de la compañía, para poder tener
“casi” todos los gastos pagados. Drogas y prostitutas correrán por cuenta de
cada personaje.
También les comenta que de momento la tarjeta solo está
habilitada para Meleto.
Respecto a las dos mujeres que les acompaña La mujer de
mediana edad, con cara de enfado, se presenta como la capitana Anabella von
Ericsson. Más tarde comentará que estar en esta “pequeña y ridícula” nave, se
debe a un castigo que Julius le ha impuesto, ya que su anterior tripulación
destrozaron un casino clandestino, dejando tras de si un reguero de mafiosos y
civiles muertos.
No quiere que vuelva a pasar lo mismo, por lo que exigirá un
cierto comportamiento de la tripulación, ya no sólo en la nave, sino también en
los plantas donde les lleven las misiones que Julius les asigne.
La otra mujer, más joven, de edad indeterminada entre 22 y
35 años, es Trinity. Es la Ingeniera de la nave. Callada, introvertida y algo
asocial, ya que su conversación es cortante y hace que, si no es estrictamente
de trabajo, esta acabe de forma rápida. Una de las características principales
de esta ingeniero, es que lleva dos sobaqueras con sendas Uzis en ellas. La
capitana ya avisa al Coronel que, si no quiere problemas, no intente hacerle
quitar las armas en la nave- Por ello tiene permiso expreso de Julius para que
las pueda llevar en cualquiera de sus naves.
Julius les indica que a partir de ese momento no tendrán que
comerciar entre planetas, sino que el les asignará misiones y ellos las deberán
cumplir: Buscar a algo o a alguien, llevar a un invitado de un planeta a otro,
investigar algún hecho acaecido,…
Respecto al sueldo, todos seguirán cobrando el mismo sueldo,
pero les “regala” a cada miembro de la tripulación, una tarjeta de crédito, a
fondo perdido, para todos los gastos que pueda acaecer en el transcurso de las misiones,
como pueden ser las bebidas en un bar, la compra de algún arma, la estancia en
un hotel,… incluso elementos para la mejora de los camarotes.
Respecto a la bodega de carga, podrán hacer todos los “trapicheos”
legales que deseen, siempre que no entorpezca a la misión y no sean perseguidos
por la justicia de ningún planeta.
También les informa que deben hacer sus maletas, ya que la
nave será trasladada a los astilleros del espaciopuerto, para su modificación,
por lo que la tripulación pasará a tener un mes de vacaciones pagadas en el
planeta, en un hotel cercano al espaciopuerto, cuyas habitaciones individuales
ya están reservadas.
Mientras la tripulación se encarga de hacer su equipaje y
otros elementos personales, Julius habla con la Doctora.
Le indica que el material encontrado en la exploradora debe llevárselo
él, ya que es un material susceptible de traer serios problemas, más sabiendo
que es tecnología Droyne.
Se lleva la caja y 8 de los 6 cristales, dejándole a la doctora,
“para que siga investigando”, la de color azul transparente.
Y los personajes toman estancia en las habitaciones del
hotel…