Dentro
de la nave industrial, los personajes se percatan que no pueden pasar a la nave
de al lado, ya que no hay puerta alguna para ello. Es más, la pared de media
nave es la roca del asteroide donde están. Dando un rápido repaso de la
situación, pueden observar como la nave es rectangular, con una puerta para
personal, por la que han entrado, y una puerta por la que puede entrar un
vehículo algo más grande que una voladora. Al final de la nave, en el lado
opuesto a las puertas que dan a la calle, se encuentra una zona con una
exclusa, para el amarre de lanzaderas de carga y descarga de los materiales. Y
el resto de la nave, polvo de hace mucho tiempo que se ha ido depositando en el
suelo.
También,
después de recapitular en la situación en la que se encuentran, se percatan que
dos sensores de movimiento y una cámara de vigilancia, es realmente poca
seguridad para un local que pueda estar el jefe de la mafia, por lo que es casi
seguro que sólo se trata de un garito de
juego. Asaltarlo sigue siendo una buena opción, pero no para coger al jefe de
la mafia, sino para recabar información.
El plan
inicial de pasar a la nave de al lado para hacer un asalto por la pared,
empieza a desvanecerse, ya que necesitarían de explosivos que en estos momentos
no poseen. Pero en una nueva mirada más minuciosa de la situación, Desty
descubre una escalera de gato que sube por la pared metálica de la nave hasta
el techo de la misma. Y en ella hay una trampilla que bien podría estar medo corroída
por la ligera humedad que las máquinas de soporte vital de la zona deben poner para
la habitabilidad de los seres vivos. Esta sube por ella, comprobando que la
escalera es resistente, llegando hasta dicha trampilla. Desty desatranca la
trampilla, dejándola en un lado del tejado de la nave. Este tejado es una
superficie plana rodeada de un murete.
En una
rápida inspección, Destry puede percatarse que el sistema de baja tecnología de
los sensores de movimiento que hay en el casino clandestino, los muretes que
rodean este tejado, muy posiblemente no los traspase, por lo que con cuidado y
sin ruido, podrían desplazarse hasta el edificio objetivo. Aprovechando si cinturón
gravítico, Desty se desplaza de edificio a edificio, sin tocar el suelo de la
azotea de las naves, hasta llegar a la del garito clandestino.
En la
azotea del garito, puede observar que la trampilla es nueva y ha sido cambiada,
pero que el polvo del asteroide, que se posa en todas partes, denota que el
paso de gente, muy esporádica, en el tejado es el del mantenimiento de los
aparatos de aire acondicionado. Desty, haciendo uso de sus poderes Psi que
posee, detecta que existen 2 grupos de dos personas en la planta más cercana al
tejado, un individuo solitario en la planta intermedia y un número
indeterminado de gente en la planta de abajo, pero puede detectar que se trata
de mucha gente. El grupo, sin ruido pero caminando, llega hasta donde esta
Desty. Moviendose con sumo sigilo, consiguen bajar hasta la planta superior,
por lo que se percatan que 2 de los individuos, un hombre y una mujer, están “jugando”
en un despacho, mientras que los otros dos, son Vargs que están vigilando, algo
más separados, para que no suba nadie y moleste a los del despacho. Que no
suban, pero parece que nadie les ha dicho nada sobre que nadie baje…
Ubik, gracias a las granadas con somnífero que le hizo hacer
a Desty, dejan en fuera de juego a los Varg de una forma absolutamente silenciosa. Una vez desarmados, atados y
con un chute extra de somnífero, entran en el despacho.
Lo que
ven al entrar es algo… diferente a lo que se esperaban ver. El despacho es una
oficina de unos 25 metros cuadrados, que más parece una cuchitril de tecnología
9 (más parecida a la de los años 70 de nuestra tierra), que el despacho de
alguien que debe dirigir un negocio de apuestas como el que aquí tienen
montado; teléfonos de cable de tecnología casi desfasada en la mayoría de
planetas conocidos, documentos en papel por todas partes, un archivador, una
silla de eskay negra de muy mal gusto, un par de sillas de madera que tenían más
pinta de tener un par de siglos, que los pocos meses que realmente tenían. Y
como no, un sofá a juego con la silla de eskay, tanto en el color como en el
mal gusto. La chica que se oía reírse está en ropa interior, de pie delante del
sofá, que al entrar el grupo, con las armas en mano y apuntando, la primera
exclamación que hace es “¡no es justo, es mío!”. El “habitante” del despacho se
encuentra desnudo en el sofá, con los pies esposados a las patas del mismo y
con las manos, igualmente esposadas, pero a los extremos opuestos de la
cabecera del sofá, totalmente indefenso y sobre el que la chica, a saber que le
quería hacer. Desty separa a la desconocida, la cual se da a conocer como la
novia del inmolado delante de la sala de conferencias y que ella sabe que el
jefe del garito, por medio de chantaje, le había obligado a hacer lo que hizo,
y esta quería hacerle pagar por lo realizado.
Después
de que la chica se vistiera, y en vista que colabora con el grupo, mínimamente
pero de forma sincera y voluntaria, desatan al interfecto, le visten
mínimamente y lo dejan inconsciente, con el mismo chute que le han dado a los
Varg, registran de arriba abajo el despacho. Encuentran la dirección de las
oficinas centrales de los capos mafiosos,
cerca de las oficinas de la delegación de la megacorporación Delgado, así como
500.000 créditos en papel, en una arcaica caja fuerte que, curiosamente, la
llave se guardaba en uno de los cajones de la mesa del despacho; esa mentalidad
de prepotencia de los mafiosos…
Y ahora
toca Salir. Como el jefe del garito está inconsciente, Desty le coloca el cinturón
gravítico para poderlo desplazar cómodamente. Mientras suben la escalerilla
metálica para acceder al tejado del garito, Maxwell, que se había quedado cerca
de la escalera para bajar a los pisos interiores vigilando al individuo de la
planta inferior, exclama “¡A la mierda!”, disparando con su fusil de plasma de
NT-16, con batería energética incorporada en la culata del fusil, alcanzando de
lleno al que vigilaba, consiguiendo que la mitad del cuerpo se desparrame a
trocitos pequeños, sobre las mesas de juego que hay en la planta inferior. Debido
al espectáculo que la gente observa (partes de cuerpo esparcidos sobre las
mesas de juego y dos piernas que caen desde la planta superior), deciden en
tropel y en estampida las 300 persona que hay en la planta jugando, salir por
la puerta del local, en vista que la gente abandona las mesas, algunos sin pagar
las apuesta y otros llevándose lo ajeno, los dos vigilantes de la puerta
comenten el error de intentar parar a la gente con las uzi que llevan.
En
vista de que ya no hace falta salir por el tejado, el grupo de personajes
deciden salir con tranquilidad por la puerta principal. Ubik decide que es un bien
momento para mirar en el habitáculo de cambio de dinero, a ver si puede
encontrar algo interesante; Zak va al despacho de seguridad que hay al lado de
la entrada, para ver si las cámaras de seguridad han pasado la información a
algún otro sitio; Max observa que uno de los vigilantes de la entrada, todavía
con la uzi en la mano, yace muerto dentro del local, cerca de la entrada,
pisoteado por un centenar de personas desbocadas, mientras que a unos diez
metros fuera del local, el segundo guardia, conmocionado por el atropello
sufrido, intenta arrastrarse con el brazo sano que le queda, en una dirección
errática, por lo que decide detenerlo, terminar de desarmarlo, meterlo dentro del
local y atarlo para que no de problemas. Mientras tanto, Desty, ayudada por la
desconocida, consiguen la información necesaria de boca del jefecillo del
local.
Tal
como empezaban a sospechar los personajes, esta mafia, que es la que el Sr.
Corleone les indicó, es la mafia expulsada de los Mundos Espada. Según parece
habían encontrado un gran arsenal olvidado de la armada, por lo que disponían de
mucho armamento que vender y ninguna guerra cerca a quien poder venderlo
(armamento de infantería, blindados, misiles, alguna nave de desembarco,…). El
motivo del tinglado montado era para que durante la conferencia se produjeran
malos entendidos entre los dirigentes y que entre alguno de ellos estallara un conflicto
armado.
Diez
minutos después, el grupo sale tranquilamente en dirección al vehículo,
mientras informa a la policía de donde se encuentra el jefe mafioso y del
motivo por el que han montado todo esto. Cargan en el maletero del gravítico en
el que han llegado al sicario malherido de la entrada, y tres bolsas grandes negras
de dinero que Ubik, mietras buscaba algo interesante, ha llenado del dinero que
ahora no reclamará nadie y que, muy posiblemente, se quedará el estado de
Glisten. ¡Ah, si! Ubik encuentra un dos botellas de bourbon de Deneb, muy apreciado
en el sector, escaso y caro, así como una botella de Blue de Boulouban, licor
que cada botella está valorada en casi 100.000 créditos; y como no, 2 bolsas de
un polvo blanco del que Desty, en primera instancia indica que es droga
orgánica de muy alta calidad y que pueden hacer, ambos, un gran negocio…
Antes
de llegar al hotel, entregan al sicario y al mafioso a la policía. Por cierto,
la chica realmente no era la novia del inmolado, era una policía en misión
secreta, que estaba sus indagaciones igual que los personajes y, por medio de “seducción”,
intentaba sacar información y desmantelar la banda mafiosa. Y entre los
personajes presentes se reparten los 6 millones y medio de créditos que han
conseguido sacar del tugurio del casino clandestino dentro de las tres bolsas negras
grandes… un buen trabajo y un buen sueldo por el trabajo realizado.
Al
llegar al hotel Julius les indica que se han ganado un descanso de 3 ó 4 días,
que es lo que falta por terminar de la conferencia.
Pues a
descansar, a reponer fuerzas y a contar el dinero, los que hicieron el trabajo…
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